Hay una verdad aterradora, inquietante y desordenada sobre convertirte en emprendedor. Los que sueñan con emprender piensan en la libertad de poder perseguir grandes sueños, en la emoción de construir imperios y en la felicidad de dejar huella en el mundo haciendo algo mejor que nadie.
Y hay algo de cierto en todo esto. El emprendimiento sí es divertido, satisfactorio y liberador, pero también hay un lado oscuro del que nadie quiere hablar. Emprender puede ser agotador, puede romperte el espíritu y ser francamente duro. Espero que tengas la piel curtida, porque lo vas a necesitar. Aquí te dejamos seis verdades aterradoras sobre el emprendimiento:
1. No eres tu propio jefe
Yo quería ser mi propia jefe, igual que millones de emprendedores. Lo que aprendí demasiado pronto es que los grandes emprendedores nunca son los jefes, más allá del título (y eso a veces). En una empresa hay 300 vendedores y miembros del staff… y todos son jefes.
Los negocios increíbles se construyen escuchando a la gente que hace que las cosas funcionen. Cuando alguno de mis empleados me dice “jefe” siempre le recuerdo a esa persona que mi equipo es el que dirige las cosas. Yo soy su empleado, un empleado que tiene 300 empleados que la ayudan a navegar el barco.
2. No serás la persona mejor pagada
Muchos emprendedores nuevos tienen visiones grandiosas de ganar muchísimo dinero. Puede que algunos lo logren, pero para la mayoría, esto tardará años, incluso décadas en pasar. Para construir un gran imperio necesitas tener al mejor equipo de ventas y al mejor equipo en todo, y esto requerirá de inversión.
Cuando encuentres a una persona que pueda llevar tu imperio al siguiente nivel serás el primero en renunciar a tu checa con tal de contratarlo porque de eso se trata el emprendimiento. Tu negocio tendrá vida propia, igual que un niño. Desearás que triunfe y crezca incluso a costa tuya.
3. El balance entre la vida personal y el trabajo es imposible
Durante las etapas de construcción de un negocio es inútil buscar el equilibrio entre tu vida personal y el trabajo. Tu trabajo será tu vida. Cuando estés en casa, arreglando el jardín, o en el partido de fútbol de tu hijo o preparándote para salir por la noche, estarás pensando en tu negocio.
Te despertarás a la mitad de la noche preocupado por no haber solucionado mejor las cosas o por no haber aprovechado una oportunidad. No hay horarios de 9 a 6 para construir un negocio, solo de 24/7. Claro que pasarás tiempo en casa e incluso saldrás de vacaciones, pero siempre, siempre estarás pensando en tu negocio.
4. Habrá personas a las que no les caigas bien
Entre más grande sea el emporio, más enemigos tienes. Para muchos emprendedores, entender esto es duro. Esto no quiere decir que no tendrás legiones de fans, porque claro que los tendrás. Pero siempre habrá personas a las que no les guste la forma en la que haces las cosas, o las decisiones que tomes o la dirección en la que vayas. Y para algunos emprendedores, esto puede ser desmoralizante.
Pasarás una gran parte de tu vida dejando cada célula de tu cuerpo en tu empresa. Darás algo a tu equipo de ventas, a tu personal y a la compañía en general y terminarás dando tanto que dolerá. Habrá ocasiones en las que tomes decisiones pensando en el bien de tu empresa, pero no necesariamente en el de tus empleados.
5. La percepción importa
Incluso cuando tu negocio no esté en su mejor momento, aparenta como que sí. La percepción importa. De hecho, la percepción importa más que la realidad.